Sombras de ojos
La sombra de ojos es uno de los productos de maquillaje más usados, pero ¿sabes cómo sacarle el máximo partido posible? La mayoría de gente piensa que se trata de un producto que se limita a aportar color o a combinar con el resto de tu indumentaria. Sin embargo, también puedes utilizarla para conseguir otros objetivos.
La amplia variedad disponible en el mercado te permite disfrutar de opciones siempre recomendables para cada tipo de piel y color de ojos. Dada su enorme eficacia, no dudes en incorporar este artículo a tu caja de maquillaje. Lograrás los efectos estéticos más positivos para mejorar tu imagen.
¿Qué es una sombra de ojos?
Un cosmético de aplicación tópica que se aplica entre las cejas y el párpado superior. Se suele vender en formato de polvo (suelto o compacto), pero también hay opciones líquidas o en crema. Su función es darle mayor profundidad a tu mirada para conseguir que tus ojos se conviertan en los verdaderos protagonistas de tu expresividad.
¿Cómo se aplica y se retira este tipo de maquillaje?
Todo dependerá del formato elegido. Lo habitual es emplear una esponja para poder difuminarla fácilmente. Sin embargo, hay otras alternativas que te permiten usar un pincel, o tus dedos, para lograr el efecto que desees. Recuerda que tu piel debe estar limpia y seca antes de aplicártela.
Para eliminarla, basta con un producto desmaquillador o con agua y jabón. Ten en cuenta que la limpieza de tu piel es fundamental para evitar que los restos terminen obstruyendo los poros.
Consejos imprescindibles para usarla correctamente
Las siguientes recomendaciones te serán de gran ayuda para sacarle el máximo partido al color de tus ojos:
• Ponte siempre la sombra antes de la base que vayas a utilizar. Así podrás eliminar el polvo que pudiera caer y terminar de maquillarte.
• Elige el color más claro de la paleta que adquieras. Comienza justo debajo del hueso de la ceja. Te recomendamos apostar por los tonos mates para maquillarte de día.
• Un tono intermedio es el más adecuado para el párpado. No olvides sacudir muy bien la brocha para eliminar los restos del color anterior. Aplica exclusivamente sobre el párpado.
• Termina con la sombra más oscura, la cual deberás usar en la línea inferior del ojo (del lacrimal al pliegue externo). Evita excederte con el uso de colores demasiado oscuros.
• El toque final has de darlo con la brocha difuminadora para conseguir igualar los tres tonos empleados. Debes moverla con suavidad para que la mezcla sea homogénea.
Adquirir una sombra de calidad que proteja tu piel es imprescindible. La menor densidad de la piel que rodea tus ojos conlleva que sea más sensible a irritaciones y a productos que no estén dermatológicamente probados.
Ahora que conoces los secretos de la sombra de ojos, en tus manos está el poder crear el maquillaje que prefieras. Elige el color y el formato que más te guste y no olvides que tus ojos pueden ser la clave para trasmitir una imagen totalmente renovada.