Un exfoliante facial sirve para eliminar las células muertas presentes en la superficie de la piel que impiden que esta respire con normalidad. Las células de la piel se van multiplicando, renovando y muriendo, lo que hace que se acumulen en los poros y provoquen un exceso de grasa.

Los poros obstruidos evitan que la absorción de hidratantes, cremas antiedad y tratamientos de belleza sea efectiva. Por tanto, la limpieza activa y profunda es muy necesaria si quieres disfrutar de un buen aspecto. De hecho, la exfoliación facial estimula la regeneración celular y la circulación sanguínea, lo que permite que tu piel se mantenga suave y elástica.

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¿Qué ventajas ofrece un exfoliante para la piel de la cara?

Varios son los beneficios que nos proporciona este producto. Entre ellos, debemos destacar que ayuda a eliminar las células muertas, incrementa la regeneración celular y mejora notablemente la piel en casos de acné, deshidratación o envejecimiento.

Como puedes comprobar, son muchas las ventajas que te brinda un exfoliante para el rostro, pero conviene recordar que es de suma importancia elegir el producto adecuado en función de cada tipo de piel. Revisa antes de nada las descripciones y comprueba las contraindicaciones y precauciones que se deben tomar.

Tipos de exfoliantes

Dada la gran importancia de la exfoliación, hoy en día tienes a tu alcance una amplia gama de artículos diseñados y adaptados a las distintas necesidades de cada clase de piel. Estas son los tipos de exfoliantes que puedes encontrar en el mercado:

- Mecánicos: Gránulos pequeños y grandes de origen natural y sintético.

- Químicos: Suelen contener ácido málico, glicólico, láctico, cítrico y tartárico.

- Enzimáticos: Poseen diversas enzimas, como la bromelina y la papaína.

- Con extractos botánicos: De arroz, de nopal, etc.

¿Qué exfoliante facial debes elegir?

Hay exfoliantes con formatos para todos los gustos y tipos de piel, aunque es importante diferenciar entre los faciales y los que están destinados al resto del cuerpo. Por otro lado, los gránulos sintéticos provenientes de microplásticos son muy contaminantes, por lo que te recomendamos evitarlos.

Si nos centramos en los artículos para el rostro, son más adecuadas las texturas suaves que presentan los exfoliantes biológicos o de origen natural. Por ejemplo, puedes elegir los que contengan derivados de frutas o de minerales.

Si te preguntas cómo usar los exfoliantes faciales, recuerda que solo has de aplicar el producto con los dedos sobre la piel húmeda y limpia mediante suaves masajes circulares. Eso sí, evita frotar con fuerza para no estirar los tejidos.

Su empleo en el rostro debe ser del interior hacia el exterior para, posteriormente, descender también hasta el cuello y el escote. Por último, aclara el exfoliante facial con agua templada y con la ayuda de un algodón o un guante de baño. La frecuencia dependerá del tipo de piel; para las pieles sensibles y secas, es suficiente una exfoliación cada quince días, mientras que las normales y grasas necesitarán más aplicaciones (una y dos veces por semana, respectivamente). ¡Cuida tu rostro con nuestros exfoliantes!

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