En muchas ocasiones nos preguntamos porque enfermamos. Porque nuestro cuerpo sano se transforma en un cuerpo enfermo? Nos hablan de causas genéticas y de causas ambientales, sin dudarlo la evidencia científica nos dice que las causas ambientales son las más determinantes. Al decir ambiente nos referimos por una parte a las toxinas que entran en nuestro cuerpo a partir del aire, agua, alimento, son lo que llamamos toxinas exógenas. Y por otra parte tenemos las toxinas que produce nuestro organismo resultado de procesos metabólicos, desequilibrios hormonales, disbiosis intestinal, son lo que llamamos toxinas endógenas. Este es un capítulo interesantísimo para tratar en profundidad que dejaremos para otra ocasión.
Si cada uno de nosotros pudiéramos ver la cantidad de toxinas que reciben nuestros órganos de desecho no dudaríamos un segundo en suministrarle algo de ayuda para mitigar el sobreesfuerzo al que está sometido. Nuestro órgano de desecho más importante es el hígado el cual destruye enzimáticamente mediante todo un pool enzimático y reacciones de conjugación las sustancias químicas indeseables. También es el encargado de sintetizar la bilis que como todos sabemos se encargaría de la absorción de las grasas y vitaminas liposolubles pero también sirve para mover esas toxinas metabolizadas hacia el intestino para su eliminación vía intestinal. El intestino, otro órgano protagonista, es necesario que este fluya bien para evitar que se acumulen desechos que se vuelvan a reabsorber, que se entorpezcan nuestras bacterias colónicas beneficiosa y que funcione como la barrera protectora y formadora de sustancias beneficiosas que es.
Cuando lo órganos de eliminación trabajan bien y el volumen de toxinas no supera la capacidad de procesamiento, el entorno de nuestras células está limpio y estas pueden trabajar bien, ahora bien, si la cantidad de desechos excede la capacidad de eliminación del organismo estas toxinas se quedan en el entorno de nuestras células y aparecen síntomas: sensibilidades a sustancias que antes no teníamos, alteraciones de procesos metabólicos, retención líquidos, celulitis, alergias, asma, cansancio, insomnio, cambios de humor, gota, hipercolesterolemia, eczemas. Esto son avisos de nuestro cuerpo, de agotamiento de nuestros sistemas de detoxificación.
¿Cómo empezamos a ayudar a nuestro organismo? Lo podríamos resumir en dos puntos: No ensuciar más y Apoyar la limpieza. Podemos hacer mucho para reducir la exposición a los tóxicos con medidas muy simples en nuestro día a día, pero aún son mayores las posibilidades que tenemos en la oficina de farmacia en forma de suplementos y plantas que apoyarán en el proceso de desintoxicación del organismo. Podemos escoger entre productos que suministren los sustratos, cofactores, precursores para que el hígado pueda llevar a cabo su tarea de manera eficiente. O también podemos pensar en las plantas inductoras de los procesos enzimáticos que en el se llevan a cabo. El tránsito intestinal junto con una flora intestinal favorable lo fijamos como un objetivo prioritario y podemos si es necesario estimular a los riñones para aumentar eliminación.
Existen diferentes modalidades de hacer depuración del organismo, con nutrición hipotóxica, estilo de vida saludable, con ayuda de suplementación. Aquí en nuestra oficina de farmacia estaremos encantados de aconsejarle, pero el darse cuenta y hacer algo para ayudar al organismo es el primer paso y eso depende de usted.
SANDRA ANTONA Farmacéutica: especialista en naturopatía y flores de Bach.
*Imagen: Vector diseñado por Freepik
Kevin, nuestro redactor oficial en Farmacia Coliseum, tiene más de 10 años de experiencia en el sector farmacéutico. Con un enfoque claro y accesible, convierte temas complejos en consejos prácticos y útiles, ayudando a nuestra comunidad a mejorar su salud y bienestar.