En la práctica vamos a encontrar diferentes cuadros sintomáticos en pacientes diferentes, y que corresponden a grupos que demandan nuestra atención como médicos.
ACCIDENTADOS: Sujetos que han sufrido un traumatismo, herida, fractura, contusión, introducción de cuerpo extraño, No constituyen una enfermedad, pero deberán ser auxiliados adecuadamente según el agente vulnerante y la gravedad de los fenómenos resultantes.
INDISPOSICIONES: Sufrimientos que tienden a desaparecer por sí solos. Son cuadros sintomáticos que derivan de alguna condición o causa morbífica que sólo obra superficialmente y desaparecen prontamente por la eficiencia de la naturaleza del individuo, de la fuerza vital que lo restituye a la normalidad. ( ligero resfriado, empacho, insolaciones, etc.).
Dejar actuar a la naturaleza e indicar medidas higiénicas que faciliten la acción reparadora del propio organismo. Se puede ayudar con un medicamento que actúe en el mismo sentido (semejanza) y siempre en potencias bajas.
INTOXICACIONES: No son verdaderas enfermedades pero demandan con frecuencia una acción inmediata. (evacuar el tóxico, antidotizar la sustancia, etc). Contrarrestar o antidotizar si los efectos son tardíos y ayudar con medicamentos
en dosis bajas.
FALSAS ENFERMEDADES: Tienden a desaparecer por la sola acción de la Fuerza Vital en relación a la capacidad defensiva del organismo. Son aquellos cuadros sintomáticos resultantes de la agudización de condiciones miasmáticas latentes que adquieren actividad por la acción de un estimulo (sorpresa intensa, exceso de trabajo, enfriamiento brusco, etc.). Tienen la apariencia de enfermedad aguda con un pródromos, fase estado o permanencia de síntomas y una declinación hasta volver a su latencia la condición miasmática sin necesidad de medicina. Ser muy cautos para no hacer una indicación de un medicamento homeopático que si no es perfectamente necesario, puede estorbar la reacción del organismo necesaria para atender la condición miasmática y dificultar una eliminación conveniente del organismo (Ej.
Evacuación diarreica consecutiva a sorpresa traumática). Debemos dar alimentos adecuados y mantener al paciente en condiciones óptimas de recuperación y de reposo.
Estas falsas enfermedades pueden ser manifestaciones miasmáticas o sea de enfermedades crónicas.
Si no se evitan las causas de las indisposiciones o se corrigen (excesos en el comer o beber, acaloramientos o enfriamientos, cansancio por esfuerzos desacostumbrados, etc), pueden transformarse en falsas enfermedades.
Intensificando o complicando las alteraciones iniciales.
Corrigiendo los malos hábitos se permite al principio vital la reordenación,; a menos que ya hayan producido cambios tales que despierten de su latencia la predisposición mórbida que constituye el miasma y en este caso se refuerce y haga ostensible la condición y manifestación miasmática, psórica o bien sycósica o syphilítica.
ENFERMEDADES AGUDAS: Son cíclicas con un pródromos, fase de estado y declinación. Ponen en evidencia las características del miasma que subyace en ellas o que las modula y también las características del remedio que requiere. Cuanto más grave es una enfermedad aguda, más notables son sus características haciendo relativamente fácil la indicación del medicamento adecuado o simillimum. Se requiere generalmente repetición de la dosis y potencias bajas o medias.
Como dice Hahnemann, son producidas por virus o elementos determinantes que están en la atmósfera y que son miasmas agudos peculiares.
Tienen la característica de que abandonadas a sí mismas, terminan en un espacio de tiempo mediano con la muerte o con el restablecimiento.
Pertenecen a este grupo de enfermedades agudas, las infecto- contagiosas, las endémicas y las epidémicas. Se utilizará en las epidémicas los medicamentos que contengan el genio epidémico (los síntomas característicos más notables de la epidemia).
AGUDIZACIONES MIASMATICAS DE ENFERMEDADES CRONICAS:
Puede ser debida al efecto de una indicación homeopática. Hay que respetarla totalmente, sobre todo cuando el paciente a pesar de la algidez de los síntomas, se siente mejor en lo general, habiendo sido estimulado convenientemente su principio vital.
En otras ocasiones es debida a una prescripción pseudo-homeopática desafortunada e incluso de una terapia alopática; o bien motivada la agudización de un miasma por una circunstancia ambiental o fortuita.
Por tanto, cuando es una simple exacerbación de manifestación miasmática, el paciente declina y sufre en lo general, debe ayudarse como en las enfermedades agudas.
ENFERMEDADES CRONICAS:
Entre las enfermedades crónicas hay que contar con las producidas artificialmente por el tratamiento alopático y que son las más incurables, siendo difícil encontrar remedios para curarlas cuando han alcanzado gran desarrollo. Las verdaderas enfermedades crónicas son las que se originan de un miasma crónico, las cuales abandonadas a sí mismas o no dominadas por los remedios específicos, se empeoran, a pesar del mejor régimen mental y físico, y atormentan al paciente hasta el final de su vida.
Dice Hahnemann: Hasta ahora sólo la sífilis ha sido conocida como tal enfermedad miasmáticas crónica, que sin medicación cesa solamente con la terminación de la vida.
La sicosis (enfermedad condilomatosa) igualmente indesarraigable por la fuerza vital sin tratamiento médico apropiado, no era reconocida como enfermedad miasmática crónica, a pesar de que lo es indudablemente, y los médicos piensan que la han curado cuando han destruido las excrecencias de la piel, pero escapaba a su observación la discrasia existente ocasionada por ella.
Mucho mayor, y más importante que los dos miasmas crónicos anteriores, es el miasma crónico psórico que, mientras los otros dos revelan su discrasia específica interna, por el chancro uno y por excrecencias en forma de coliflor otro, la psora después de realizar la infección interna de todo el organismo, se manifiesta por una erupción cutánea peculiar con vesículas acompañadas de intolerable comezón, siendo la única causa real productora de todas las otras innumerables formas de enfermedad.
Con este gran descubrimiento, Hahnemann posibilitó que el conjunto de enfermedades crónicas tuvieran remedios homeopáticos mucho más específicos para las enfermedades crónicas y no considerarlas como entidades patológicas aisladas e individuales.
En las enfermedades crónicas se necesita el empleo de remedios homeopáticos uno después de otro eligiéndolos conforme a los grupos sintomáticos que persistan, que se manifiesten como preponderantes y exigiendo que solo se prescriba otro remedio, cuando tengamos la certeza absoluta de que ha dejado de actuar el anterior.
DEFECTIVAS: Es una clase especial de padecimientos en los cuales sólo hay manifestaciones del estado morboso a través de unos cuantos síntomas, en número tal que parece insuficiente para elegir un remedio satisfactoriamente homeopático, porque solamente hay uno o dos síntomas verdaderamente importantes que hacen muy insegura la elección de un simillimum.
Este tipo de enfermedades casi siempre tienen naturaleza de cronicidad. A veces son mal llamadas enfermedades parciales e incluso locales, pero aunque la manifestación sea local, solo podemos decir que la lesión está localizada, pero nunca que la enfermedad sea local.
También nos destaca Hahnemann el hecho de que todavía son incompletos los remedios homeopáticos conocidos.
DESEMEJANTES: Una afección bien establecida no se modifica por otra de diferente naturaleza que pretenda afectar al organismo. Una nueva no semejante pero más intensa la eclipsa pasajeramente o la suspende. O bien la complica y deforma. Entidades mórbidas diferentes producen una complicación.
Los medicamentos que se administran sin relación de analogía o alopáticamente sólo podrán actuar superficialmente y quedará la enfermedad crónica igual.
La Psora puede coexistir con la Sycosis y con la Syphilis. Dice Hahnemann: La enfermedad nueva después de haber obrado largo tiempo en el organismo, al fin se une a la antigua que es desemejante, y forma con ella una enfermedad compleja, de modo que cada una ocupa una localización especial en el organismo. DOS ENFERMEDADES
DESEMEJANTES NO PUEDEN DESTRUIRSE, NO PUEDEN CURARSE LA UNA DE LA OTRA.
ALTERNANTES: Alternancia de cuadros mórbidos: mentales con orgánicos. Se deben al fondo subyacente miasmático. Necesitaran remedios constitucionales, que generalmente deben sucederse según el predominio miasmático que vaya manifestándose Dice Hahnemann: Generalmente son una manifestación del desarrollo de la psora únicamente y algunas veces, aunque rara, complicada con la syphilis. Por lo tanto deben curarse en el primer caso con medicamentos homeopsoricos y en el segundo alternado con homeo-syphilíticos.
EPIDÉMICAS: Debemos actuar ante ellas como ante otra afección aguda cualquiera. En las enfermedades epidémicas no se debe estandarizar en su consideración ni en su tratamiento, como hace la escuela antigua.
Se debe individualizar cada caso con las peculiaridades. Las epidemias son enfermedades colectivas originadas por un mismo virus pero que se peculiarizan por las diferentes formas de reaccionar de los individuos. El médico observando cuidadosamente, puede, después de los primeros enfermos, tener la idea más aproximada del genio epidémico y escribiendo los síntomas de varios casos se tendrá se tendrá el diseño de la enfermedad colectiva.
Cada epidemia tiene un carácter peculiar o genio epidémico que facilita la elección del medicamento.
YATROGENICAS: La Iatrogenia es una barrera que se opone al efecto curativo de los remedios homeopáticos. Drogas que alivian superficialmente algún síntoma (neuralgia, hemicránea, etc) y convierten al paciente en un adicto cada vez más dependiente sufriendo los efectos drogales a distancia y sin conseguir el alivio relativo de las primeras dosis.
El organismo se vuelve insensible a los estímulos farmacodinámicos de un remedio homeopático e incluso enantiopático. Siendo la Homeopatía impotente muchas veces ante estos enfermos condenados a efectos paliativos cada vez menos efectivos y más deplorables.
INTERMITENTES: Las enfermedades intermitentes típicas son aquellas en que un estado morboso de carácter invariable reaparece en un periodo fijo, mientras el paciente está en buena salud aparentemente, y desaparece igualmente en un tiempo fijo.
En las enfermedades febriles intermitentes, cuando el remedio aparentemente específico no actúe se debe dar el constitucional o miasmático para obtener la curación. En las enfermedades febriles intermitentes epidémicas, que se presentan en lugares que no son endémicas, constituyen una especie similar a las enfermedades crónicas que se agudizan periódicamente. Si la fiebre intermitente no se cura adecuadamente y el individuo tiene su
miasma o psora latente, éste se desarrolla y sostiene.
LOCALES: Las enfermedades locales fundamentalmente son aquellas en las que aparecen cambios y dolencias en la parte externa del cuerpo. Pero dice Hahnemann: Es absurdo considerar que sólo se afecta morbosamente esa parte externa sin considerar la participación del cuerpo en la enfermedad.
Teoría doctrinaria absurda que ha conducido al tratamiento médico más desastroso.
Las enfermedades locales siempre obedecen a una reacción general de todo el organismo, excepto las traumáticas. Una localización cutánea se debe a una causa de orden interior. El tratamiento debe ser al interior ya que todas las partes del cuerpo están entrelazadas.
El remedio elegido, ligado al interior, hará desaparecer los trastornos generales y de inmediato la localización externa. Suprimir los síntomas locales ha sido la fuente de todas las enfermedades crónicas ya que la fuerza vital abrumada por una enfermedad crónica desarrolla una afección local y7 acalla la enfermedad interna. Es un indudable esfuerzo de la naturaleza por eliminar el desequilibrio interno.
Por tanto si el médico destruye el síntoma local, aumentará la enfermedad interna. Suprimir ha sido la fuente de todas las afecciones crónicas.
SIMULADAS: A veces no nos damos cuenta de que el paciente es un farsante o bien que es un síndrome histérico., que pintan sus síntomas con colores demasiado vivos y describen sus dolencias con expresiones exageradas, con el fin de urgir al médico que los alivie.
INCURABLES: El abuso de fármacos industriales alopáticos, nos dice Hahnemann, trastorna la salud haciendo la enfermedad crónica incurable.
Estos enfermos, aunque puedan tener una riqueza sintomática, sus cuadros son un tanto inútiles o totalmente inútiles, en virtud de que son el resultado de una prolongada iatrogenia generalmente alopática con la que sólo se ha tratado de suprimir mas manifestaciones más violentas o más molestas del padecimiento llevando al paciente a una patología constitucional pero desnaturalizada que con mayor frecuencia impide la prescripción adecuada.
Hasta donde es posible deberemos esperar a que se eliminen los efectos drógales y después, si nos es posible descubrimos los pocos síntomas que correspondan a la verdadera patología. En el tiempo oportuno estimular suavemente, a intervalos considerables y a veces muy amplios, a la fuerza vital con medicamentos también generalmente de acción no muy profunda y a
potencias bajas o medias.
MENTALES: La enfermedades que se llaman mentales, como todas las demás pueden presentarse en forma aguda o crónica.
En todos los casos el estado moral del paciente puede determinar la elección del remedio.
El ser humano, al hacer una enfermedad manifiesta un cambio de carácter y en la misma forma cuando recupera la salud. Aumentando la intensidad de síntomas mentales, se produce una mejoría de síntomas corporales peligrosos hasta aparentar una salud orgánica completa, en tal forma, que estos síntomas físicos sólo pueden ser descubiertos por un
médico dotado de gran espíritu de observación y perseverancia. Nos dice Hahnemann: Las enfermedades mentales no son más que enfermedades corporales en las que está acrecentad el síntoma de la mente y del carácter, mientras que los físicos declinan.
BIBLIOGRAFIA:
Sánchez Ortega, Proceso.
– Introducción a la Medicina Homeopática. Teoría y Técnica.
– Apuntes sobre Clínica Integral hahnemanniana.
– Apuntes sobre los miasmas.
– La Homeopatía. Ciencia y Arte de Curar. Revista Integral. Nº 52
– La Homeopatía ni panacea, ni ilusión. La Homeopatía de México. Nº 469.
– Homeopatía Clásica. La Homeopatía de México. Nº 240
– Aplicación práctica de la clínica integral homeopática considerando lo
miasmático.
Hahnemann, Samuel.
– Órganon del Arte de Curar.
Francisco de Asís Moya Hiniesta
Médico
Kevin, nuestro redactor oficial en Farmacia Coliseum, tiene más de 10 años de experiencia en el sector farmacéutico. Con un enfoque claro y accesible, convierte temas complejos en consejos prácticos y útiles, ayudando a nuestra comunidad a mejorar su salud y bienestar.